sábado, 1 de octubre de 2011

La falsa panzanella



Los que conozcáis este famoso plato toscano, diréis: ¡pero vaya que es falsa esta receta!. Para los que no la conozcáis aún, os cuento: se trata de una receta muy típica de la zona de la Toscana, un plato con el que se aprovechaba el pan reseco, ya que al parecer en su versión más primitiva consistía en pan, cebolla, ajo y aceite de oliva. En muchas recetas que circulan por Internet, veréis que es frecuente que lleve tomate, albahaca, apio, pepino y olivas, pero siempre manteniendo el pan como eje central.

Sin embargo, debéis saber que tanto yo como uno de mis catadores habituales conocimos este plato en la Toscana, donde lo degustamos en varias ocasiones ya que nos entusiasmó, y en varios locales probamos una alternativa en la que el pan había sido sustituído por una especie de arroz integral muy sabroso. Si los toscanos hacen cambios tan drásticos en sus recetas típicas, por qué no atreverme yo? (sobre todo porque dudo que ningún Toscano lea estas líneas). Por si acaso me curo en salud, y la verdad por delante, esta receta la llamaré la FALSA PANZANELLA.


A la hora de escribir estas líneas, he consultado diferentes recetas por Internet. Pero la versión que yo os voy a contar la elaboré recordando aquellos sabores que tanto me habían impresionado, en los que brillaban el tomate, el ajo, la albahaca fresca… y decidí sustituir al pan por cuscús.

NOTA1: El pepino
Tras la lamentable crisis veraniega del pepino, me resulta más duro decir lo siguiente: no soporto el pepino. En mi defensa diré que me sienta mal, tengo la sensación de llevar conmigo el pepino muchas horas después de haberlo comido. A los que os guste, añadidlo sin dudar a esta receta, cortadito en daditos muy finos como los demás ingredientes. Admito incluso que en Italia deben usar una técnica especial que desconozco para cocinarlo, ya que las distintas panzanellas que allí probé tenían un toque a pepino que le quedaba fenomenal y que no me sentaba mal. O eso, o era la felicidad del “dolce far niente” lo que anulaba sus contrapartidas.

NOTA2: La albahaca fresca
Imprescindible. Ya os he hablado anteriormente de la increíble diferencia entre la albahaca fresca y su versión deshidratada. Y para que no os desaniméis: cuando se me ocurrió preparar este plato, ya no tenía tiesto de albahaca, se me había secado. Cuando pensaba que no me quedaba más opción que esperar al siguiente verano, encontré albahaca fresca a la venta en la zona de ensaladas de mi supermercado¡

Ingredientes
(para 2 personas)
 

Cuscús (100 g)
2 Tomates frescos bien maduros
Pimiento rojo y pimiento verde 

Albahaca fresca
Ajo
Aceite de oliva virgen extra

Sal



Preparación
Pelamos los tomates con un cuchillo. Al estar bien maduros suele ser fácil quitarle la piel. Cortamos la carne del tomate en daditios pequeñitos, y la ponemos en un bol. Añadimos pimiento rojo y pimiento verde cortado también en daditos finos: un trocito de ambos pimientos, la idea es que den sabor y color pero que en volumen el pimiento sea la la mitad que el tomate, aproximadamente. Añadimos sal, ajo y la albahaca, bien lavada y cortadita fina. Aliñamos con alegría con aceite de oliva virgen extra. Removemos bien todo lo anterior, y lo dejamos reposar mientras preparamos el cuscús.
 
Para preparar el cuscús, hemos de seguir las indicaciones de la marca que usemos: en mi caso es muy sencillo, hiervo 100 ml de agua, la aparto del fuego y le añado 100 g de cuscús y un chorrito de aceite. Dejo reposar unos minutos y lo incorporo al bol con la mezcla anterior. Removemos bien, dejamos enfriar, y listo¡


NOTA:
La receta admite múltiples variantes: añadir un poquito de cebolla picada muy fina, pepino, apio, aceitunas… A voluntad de vuestra imaginación y gustos personales¡

Resultados

Como podéis ver en la imagen, es una ensalada muy sencilla, pero proporciona toda una explosión de sabores en la boca. El trocear finamente las hortalizas facilita que sus sabores se mezclen e impregnen el cuscús, que absorbe la mezcla de jugos y aliño. La textura del cuscús resulta muy agradable en el conjunto.

Deliciosa y evocadora


Conclusiones


Es una ensalada de verano muy fresca, fácil y rápida de preparar.
En cuanto al catador voluntario y a mí misma os diré que esta humilde ensalada nos ha permitido evocar los aromas y sabores de las maravillosas panzanellas Toscanas.


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