jueves, 8 de septiembre de 2011

Básicos: Guiso de carne con judías (y berenjena y otros)

Este plato no es muy novedoso: pretendía cocinar un típico guiso de carne en la olla a presión, como los que hace mi madre. Así que en esta ocasión no hubo investigación previa en internet, sino que tiré de "fondo de memoria", improvisando un poco en el acompañamiento.

Estos guisos son muy apañados y versátiles, porque en cada momento del año puedes acompañarlos de las distintas hortalizas de temporada, además de las tradicionales patatas y zanahorias. En esta ocasión, tenía claro que me apetecía acompañarlo de judías verdes. La verdad es que le dan al guiso un sabor espectacular y muy característico. No conozco muchos platos con judías, pero algún día os contaré una sencilla presentación  de las judías verdes, una a la que nadie puede resistirse.

La berenjena la añadí porque tenía una en la nevera, y quería probar qué tal podía quedar en el guiso (la berenjena es un fruto muy interesante con el que me gusta experimentar, de momento tengo claro que hay que alejarla de preparados en los que se tenga que pasear por el aceite (se lo tragaría todo, y eso no lo soporto, haya cada quien con sus gustos).


También os tengo que confesar, que tengo un bloqueíto mental con la olla a presión: la teoría me la sé, pero en la práctica raro es el día que no me pelee un rato con ella. Pero estoy empeñada en cultivar esta amistad, y venceré¡. Como sabéis la olla a presión se cierra herméticamente y no permite la salida de vapor por debajo de una presión determinada. Esto hace que en el interior de la olla se alcancen presiones elevadas, lo que hace que el punto de ebullición del agua aumente por encima de los 100 C (el agua hierve a 100 C cuando la presión es de 1 atmósfera, más o menos la presión ambiental que nos rodea) hasta unos 130 C. Esta temperatura más elevada que se alcanza en el interior de la olla hace posible que los alimentos se cocinen en un tiempo mucho menor.


Bueno, a lo que vamos:

Ingredientes (3-4 personas):

500 g de carne de aguja de ternera
200 g de judías verdes
2 tomates grandes y maduros (o una lata de tomate natural entero, nunca tomate frito)
1 berenjena
3 zanahorias
Medio pimiento rojo (grande) o uno entero si es pequeño
3-4 patatas (según tamaño de la patata y gusto)
Aceite de oliva 0.4
Sal
Pimienta negra
Colorante alimentario

NOTA1: 
Sobre el colorante alimentario: entiendo que haya gente a la que le parezca una aberración utilizar colorante alimentario. Lo sé. Existen varias opciones para solucionar esto. Si sois de los que os agradan los guisitos con las patatas "amarillo loco", de momento no os puedo dar otra opción. El azafrán no colorea con esa intensidad, pero aún así, os recuerdo que no sólo aporta color, sino también un sabor muy característico, al que yo en particular no logro habituarme. Pero es un cuestión de gustos. Otra opción es no añadir ni colorante ni azafrán. Aún estoy empezando a explorar el uso de otros colorantes naturales, como la cúrcuma, de la que os hablaré en otro momento, por lo que de momento no la he introducido en esta receta.


Preparación:

Lavamos bien las judías y les recortamos las puntas y los laterales. Cuando las judías son muy nuevas y tiernas no debería ser necesario sacar los laterales, pero ante la duda, y para evitar sorpresas desagradables (me refiero claro está a los hilillos correosos que a veces recorren los laterales de las judías) yo prefiero eliminarlos siempre. Antes esta tarea me resultaba un poco fastidiosa, pero usando un pelapatatas como el que os muestro a continuación (el mío es de cerámica, una maravilla¡¡¡) la tarea se hace en tiempo record.





En la olla a presión abierta, rehogamos la carne troceada en un poco de aceite. A continuación añadimos las judías y un par de tomates troceados.


Esta vez usé unos cherrys que tenía en la nevera



Salpimentamos, rehogamos un par de minutos, y cerramos la olla a presión y dejamos que se cocine unos diez minutos (el tiempo cuenta desde que la olla empieza a expulsar una fina columna de vapor). Sé que puedo estar creando polémica, por meter desde el principio las judías en la olla a presión: demasiada cocción para las judías? Reconozco que esto responde a un gusto personal, quería que quedasen muy hechitas y que impregnasen de sabor todo el plato. A los que prefieran las judías menos hechas, no tenéis más que añadirlas con las demás hortalizas.

Abrimos la olla y añadimos el resto de los ingredientes troceados: pimiento, berenjena, zanahoria y patata. Para los que lo deseen, este es el momento de añadir azafrán o colorante alimentario (según vuestro gusto). Rectificamos la sal y verificamos que haya suficiente líquido en la olla: en mi experiencia, añadiendo los tomates y las verduras no es necesario añadir más líquido a la olla. Las primeras veces que cociné con la olla a presión me preocupaba que fuese poco líquido, y siempre acababa añadiendo líquidos en exceso. Creo que el secreto de este plato, que es tan sencillo, radica precisamente en no diluir demasiado los sabores. 

Cerramos la olla y dejamos que se cocine 15 minutos más.


NOTA DE PRESENTACIÓN:
 De toda la vida he tomado los guisos acompañados de una ensalada sencilla de lechuga (como mucho con tomate y cebolla). Creo que hace la pareja perfecta con el guiso, y que sin ella el resultado no es el mismo. Reconozco que puede ser un atavismo de la infancia.

Resultados:

Lamentablemente no tengo una triste foto del guiso. Las prisas del momento (no tenía la cámara a mano y era hora de comer). Además, he de reconocer que el aspecto de este guiso no es glamuroso: puede que por su aspecto desaliñado no lo ofreciera a invitados que no fueran de máxima confianza. Ya mismo os aviso. Eso sí, es de los típicos platos que te incitan a mojar pan.

Por lo demás, el sabor es francamente delicioso (en mi opinión y en la del catador voluntario). Domina sobre todos los sabores el de las judías. En cuanto a la berenjena, cuya piel suele aportar un sabor característico, pasa bastante desapercibida. 

Como es habitual en los guisos, por la noche o al día siguiente parece mejorar en sabor, se intensifica. 


Conclusiones:

Este es un plato que triunfa y para nada complicado (si sois mañosos con la olla presión, cero complicaciones, yo aún tengo mis escaramuzas con la mía).

Un plato para repetir y que admite bastante improvisación en cuanto ingredientes.

Judías roba-protagónico: secundarias que sin quererlo dominan el plató




4 comentarios:

  1. Pregunta:

    El catador voluntario es siempre el mismo?

    Comentario:

    Las judías de la foto están muy apetitosas.

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  2. Amable lector: el catador voluntario no siempre es el mismo, si bien he de admitir que dado el rigor de las pruebas de selección y la dureza de los experimentos en los que participan, se trata de una plantilla muy reducida.

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  3. Como curiosidad les diré que las judías verdes no deben consumirse crudas, ya que poseen una proteína llamada faseolina que las hace indigestas. Esta proteína se elimina de las judías tras unos minutos de cocción.

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  4. Has de hacer foto del plato, en mi casa este guiso se hace muy a menudo en época de judias.
    Gracias por tu blog

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